Esto pasó ayer. Sábado 9:30 de la mañana. Con un poco de frío me sitúo con la maleta, el ordenador, el bolso (séase, algo cargada) a esperar el 27 para bajar a Atocha. Voy con el tiempo más o menos justo para llegar al AVE. Subo en el autobús y como se me ha gastado el bono, hago acto de pagar un con un billete de 10 euros.
El señor conductor, algo yo creo malhumorado por tener que trabajar en sábado, o quién sabe, quizás había tenido insomnio como yo y no estaba del todo de buenhumor (no era mi caso), me contesta que NO. Así con mala cara y con talante de pegarme la bronca. Que con ese billete NO_O (cada vez sonando más alto). Que además a esas horas de la mañana por supuesto no tiene cambio. Una empieza a agobiarse, rebusco en el bolso y no…no tengo suelto para un euro y medio. La cara de pena se me pone sola, agobio porque me toca bajarme en la siguiente parada, y o bien buscar cambio, y si hay tiempo coger otro bus, o parar un taxi y se acabó (cosa que me producía un poco de rabia porque para eso habría podido apurar un poco más el despertador).
Pero de repente oigo un algo….no sé muy bien qué….un simple susurro…. Me giro y un hombre sentado en los primeros asientos (debían estar todos los viajeros entretenidos cual espectadores de un sktech bastante malo) me enseña dos billetes de cinco que saca de su cartera.
El hombre era indio, o quizás pakistaní. O a saber. De tez morena, flequillo no del todo limpio. Con dientes gastados y camisa de los años setenta.
Le doy las gracias. Seguro que no le importa?. Más gracias. Me sonríe. Pago (obvio ponerle gesto digno al conductor, felices los felices…).
Le vuelvo a dar las gracias al pasar delante suyo con mis trastos. Me vuelve a sonreír.
Y nos preguntamos qué hacen aquí?
Pues por de pronto, AYUDARNOS.
PD.: en mi lista de las mejores cosas del día, esto se llevó sin duda el número uno del ranking.
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