POSITIVE PROJECT: Day4

Llegamos al cuarto día. Que además de ser domingo (sí, aún estoy en ayer) fue muy bonito.

1.- De buena mañana me adentré en la naturaleza para pasear por la montaña. Fui a buscar flores (que no encontré), que suena a Heidi pero dejémoslo en cosas de mi madre. Fue un ratito de tranquilidad y de observar, de ensuciarme las zapas de barro, porque de eso se trata, respirando vida, sin pensar mucho en nada, solo pendiente de detalles y atendiendo a los pájaros que, esta vez , cantaban en voz baja, como dando los buenos días con respeto. Empecé a divisar mariposas, blancas, amarillas y marrones que iban y venían acompañándome. Y sonreí con cada una. Dos volaban muy juntas, y muy alto. Un árbol me llamó la atención, y aún no sé por qué (pero lo averiguaré).

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2.- Comimos (casi) toda la familia junta. Sí, de nuevo a soplar velas (aquí creo ya que se acaba el cumple). Y otra vez un montón de cariño, y de risas, y de conversaciones que se interrumpen, y niños que entran y salen, y de contar todos con todos. Y me emocioné con un marco lleno de fotos de mi vida…GRACIAS TÍA!!

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3.- Acabé el último libro de Marías, Aquí empieza lo malo, que no me ha encantado pero me ha dejado con esa sensación, que siempre consigue este autor, de no estar en el mismo sitio que cuando empezaste a leerlo. Obligándote de forma inteligente a reflexionar, de la mano de unos personajes complejos e interesantes. Os dejo un párrafo: “Nunca nos recuerdes juntos si no quieres lamentarte día tras día y todavía más noche tras noche. Ni si quiera nos recuerdes separados, porque al final, al recordar, siempre se junta”

Amanecí acordándome (otra vez!!) de un sueño chulísimo. Me saludaron y saludé a runners y ciclistas, profesionales y de pacotilla, pero con ganas de disfrutar del día. Me recibieron dibujos de mi sobrina (y su amiga). Leí al sol. Me sentí muy orgullosa de mi prima Berta, por su vitalidad, su fortaleza y ser ella la que nos hace reír. Se me cayó la baba con mi gordito favorito. Ayudé en la cocina a mi mami, y luego fregué platos y copas (que pensaréis que de NiceMoment nada, pero a mí me relaja). Abrecé muy fuerte a mi tía. Vi una luna que jugaba con las nubes al escondite. El del control en Sants me hizo reír, y me dijo que eso me alargaba la vida (y además le alegré también a él el rato). En el AVE me pusieron Stuck in Love (o un Invierno en la playa para nuestra cutre cultura), y de nuevo (ya la he visto tres veces) disfruté un montón de su banda sonora, y de todos esas conversaciones en relación a la literatura, a la pasión por escribir, sobre el amor y los sentimientos (Creo que en eso consiste consiste escribir, en escuchar nuestro corazón, y cuando lo hacemos nuestro cometido es descifrarlo lo mejor que sepamos- de la peli). Llegué a un Madrizzzz húmedo y oxigenado, y en el taxi tuve ese pensamiento, que siempre me asalta en el trayecto de Atocha a mi casa, de cuánto me gusta esta ciudad. La taxista me dio conversación, y hablamos con simpatía. Unos tweets de última hora me hicieron reír. Cuando me acosté…vencí al insomnio.

Me gustaría que esta vez se sumaran al proyecto Rosa, Luisa y Alfonso. Porque además de todas las cosas buenas que van a poder contar….. van a obligarse a escribir un rato….cada día….

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