UNA CUESTIÓN DE TIEMPO.

Mis lunes suelen acabar con muy buenrollo, intento ir a las 21h. a una clase de Up Jumper (lo que significa una clase de gym botando 50 minutos sobre una  mini cama elástica), que me encanta, de la que salgo como nueva, sobrada de  energía para el resto de la semana, y que me hace olvidar la pereza con la he amanecido y los marrones que han caído por el camino…

Pero va a ser que hoy es un lunes que acaba aún mejor, habiéndome saltado la clase, pero con un sabor romántico y una sonrisa que no puedo cerrar. Y no, no ha aparecido ningún príncipe azul (ese que seguro existe pero parece ser que sigue resistiéndose a mis encantos), el caso es que he salido del cine (había que celebrar su Fiesta) y como lo que tiene la gran pantalla es que de repente te vas a otro mundo, a otro mood, pues esta vez me ha llevado a un mundo de sonrisas, risas, alguna lágrima, y mucho amor, pero de ese del bueno, del que mola, ese de las películas, que en la vida real tapamos o escondemos, pero que estoy segura de que es posible crearlo y compartirlo.

Y sí claro, si os cuento que la película, Un Cuestión de Tiempo, está dirigida por Richard Curtis, guionista de Cuatro Bodas y un FuneralNotting Hill,y director de Love Actually, pues poco más hay que  decir, no??. Me chillaréis Pita por diooooos, COMEDIA ROMÁNTICA en mayúsculas. Y sí, es lo que es. Pero un lunes por la tarde como que nos permitimos aparcar la intensidad cerebral y las inquietudes para disfrutar de esas pelis que también a una le gustan, pelis con las que empatizas con unos personajes que luchan por algo tan fácil (porque sí, puede serlo) como el amor, que disfrutan de algo tan importante como la familia, que confían en sus amigos, y que además, se mueven en unos parajes a los que te gustaría viajar con una banda sonora que te hace, de nuevo, no parar de sonreír, mover los pies y tararear.

Por supuesto hay trampa, porque el protagonista (y no voy a contar nada que no se pueda saber) tiene la oportunidad de viajar al pasado, de cambiar esos momentos en los que patinas y dices lo que no debías, que no haces lo que hubieras querido, esos momentos que, quién sabe, pueden cambiar el destino de tu vida. Pero eso es película, probablemente para nosotros las segundas oportunidades sólo son posibles si nos las trabajamos, si aprendemos de los errores, si aprendemos a decir un lo siento, si aprendemos a amar sin esperar, si dejamos que el tiempo nos enseñe, y sobre todo, si confiamos en que las cosas pueden ser fáciles, si dos personas se quieren, si dos personas quieren. Y sinceramente, yo ya estoy harta de las historias complicadas.

Y se acabó mi cursilería de hoy, pero para un momento lovely, ya sabéis, una Cuestión de Tiempo….

PD.: espero que a este gobierno les sirva la Fiesta del Cine para ver que sí, que la gente quiere ir a las salas, y que con entradas a 3 euros, las colas dan la vuelta a las manzanas

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