La Red Social, de un pobre niño rico.

Si Mark Zuckerberg me enviara una “solicitud de amistad”, quizás hoy tendría serios problemas para darle a “agregar”. Si lo hiciera,  no sólo sería para contároslo y saciar así ese caprichoso ego del famoseo, sino para tener la posibilidad de preguntarle….”¿Y qué piensas tú de todo esto que andan enseñándonos sobre ti?.”

Este fin de semana se ha estrenado la película de David Fincher “La Red Social”, que nos aboca a las entrañas del lanzamiento de Facebook, el fenómeno “socio-cibernético” más importante desde hace siete años. Poco hay que explicar del funcionamiento y el éxito de dicha red. Hoy somos 500 millones de usuarios que bajo el poder del “YA” actualizamos estados, mandamos mensajes, nos prestamos a las marcas, compartimos fotos  y desnudamos nuestros momentos.  1 de cada 14 habitantes del planeta está registrado, sólo un 30% residen en EEUU. El valor estimado de la compañía es de 2.500 millones de dólares, con unos ingresos de 700 millones en 2009.  Su fundador, Mark Zuckerberg, posee actualmente el 24% de la empresa y, con  una fortuna estimada de 1.500 millones de dólares, es considerado según Forbes “el multimillonario más joven del mundo”.

Pero Mark Zuckerberg nos ha caído mal. Suena paradójico que alguien con habilidades sociales tan escasas, y cuyo sentido de la amistad roza el larguero de la miseria, haya creado la red de “amigos” más trascendente.   Pero lo ha hecho en ese mundo fantasma que es el ciberespacio, el único medio donde ha sabido sentirse cómodo. Un mundo en el que la imagen que quieras proyectar puede ser la que tu elijas, sin la obligación de que sea real.  Te enmascaras como decidas, y a partir de ahí, sólo hay que virar.  Un mundo en el que siempre hay alguien al otro lado que te va a escuchar, porque cómo tú, necesita que le digan algo. Un mundo en el que puedes mentir, porque nadie te mira a los ojos.

El director de la película se empeña en decir que su tarea ha sido “coger esos hechos y construir una verdad en base a ellos, o más bien, tres verdades”.  Discrepo de que haya conseguido dicho objetivo, porque  llegamos al The End bajo el prisma de una sola vertiente. Si nos la creemos, Mark nos cae mal, si le damos una oportunidad, a lo mejor algunos hechos no fueron tales que así, o algunas reacciones no se desarrollaron como se nos narran, principalmente  desde el punto de vista de “los otros” (Eduardo Saverin, los gemelos Winklevoss…).   De la respuesta del genio lo único que se sabe es que el día del estreno se encerró a verla con 400 de sus empleados, y que su primer gesto posterior fue donar 1.500.000 dólares para escuelas públicas estatales.  Tiene gracia intentar limpiar la conciencia cuando uno no la tiene.

Mark Zuckeberg, del que admiramos su cerebro privilegiado y su brillante oratoria irónica, empezó insultando a su ex novia a través de la red (dicen que del amor al odio hay un paso, pero yo siempre he pensado que sólo cuando aquello no era amor), se la jugó a quienes le dieron la idea, traicionó por celos  a su mejor y único amigo, y se dejó influir por un codicioso Sean Parker.  Y en todo ese proceso,  sólo deslumbramos amagos borrosos de sentimientos, pero nunca la capacidad real  de manifestarlos o de tomar decisiones guiadas por un conciencia que nos lleve a indultarle. “No eres un capullo, pero te esfuerzas mucho en parecerlo”,  le define su abogada. Tal vez sea ésta la única forma de triunfar hoy. O si no, que se lo pregunten a Gekko, que ha vuelto recientemente para recordarnos que  “si quieres un amigo, cómprate un perro. Esto son negocios.” Con Mark no se trata de codiciar dinero, sino de codiciar aceptación, de poder superar un complejo de inferioridad social aunque sea a través de la venganza. That’s life.

Desde hace un tiempo, gracias a la recomendación de otro brillante (pero éste con moral) estoy enganchada a la serie “El Ala Oeste de la Casa Blanca”. Sus veloces y punzantes diálogos, y su forma de llevarnos de un momento a otro son obra del guionista Aaron Sorkin. Y es sobre  el mismísimo Sorkin sobre quien ha recaído la tarea de  trasladar a la gran pantalla el libro  Multimillonarios por accidente, de Ben Mezrich, origen de toda esta trama cinematográfica. De nuevo Sorkin consigue recrear con nota la atmósfera mordaz bajo la que se moldeó el monstruo.

Leía esta mañana sobre la amistad en El País Semanal, dice el filósofo Stephen R. Covey que para poder construir relaciones de amistad   “hemos de resolver primero nuestros miedos, carencias, conflictos internos, superando así nuestras creencias y limitaciones egocéntricas. Aunque no parece  que el genio lo haya conseguido, siempre le quedará Su Red….

Yo tengo 238  “amigos”.  A Mark Zuckerberg no lo quiero.

!! Pobre niño rico!!.

P.D.1: en la sala coincidimos con Letizia y el Príncipe. Ella con una delgadez que la deja sin asomo de glúteos,  con unos andares algo masculinos, y una cara de tensión que contrastaba con la del Heredero, muy sonriente de sábado noche.

P.D.2: en este post no hay negritas.   Consejo de un sabio.

5 comentarios sobre La Red Social, de un pobre niño rico.

  • Bea

    La peli me pareció estupenda, sobre todo por la agilidad del guión, de los diálogos, de su estructura…
    Recuerda mucho al estilo dinámico y de perfecto engranaje de “El ala oeste…” a la cual yo también estoy enganchada. ¡Qué envidia tener siempre la palabra perfecta en la boca…! ¡qué réplicas y contraréplicas…!
    Pero sí, es cierto que te quedas con las ganas de saber lo que pasa por la cabeza de ese chico…

  • Pita

    A mi también me da envidia la fluidez en los diálogos que tienen en el equipo de sir Bartlet!!! Y estoy de acuerdo q. La Red social recuerda mucho a la serie….
    Sobre Mark……no sé si es capaz de salir a replicar….pero seguro q. tendría algo q. contaros….
    Muchas Gracias Bea!!!!

  • La verdad, no supe a donde apuntaba David Fincher con esta película… Creo que tiene unos diálogos fabulosos, pero… ¿a dónde quería llegar Fincher?

  • Pita

    quizás mostrarnos la parte “humana” del personaje, no???

  • ¿… y será que el Sr. Zuckerberg si es así que “querido” como lo muestran en la peli? 🙂

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