MUSE. M de MAESTROS. M de MÁGICOS.

Parece ser que la letra M da paso a Magnos acontecimientos cada cuatro años. En 2006 primero llegó el Mundial, y meses más tarde, el concierto de MUSE en el Palacio de los Deportes. En 2010, han llegado de la mano. El día del primer partido de La Roja en Sudáfrica, y consiguiente derrota contra Suiza, MUSE aterrizaba en el Vicente Calderón, para hacernos olvidar tan inesperado fracaso, y obligarnos a viajar mucho más lejos del continente africano. MUSE llegó para transportarnos a otra galaxia, más allá del rock, más allá de un simple concierto.

No sé cuánto habría tardado en integrar en mi vida a Mat Bellamy y compañía sino hubiera sido por Quique y Jeremy y esas jornadas de Foro Musical que, durante varios meses de 2006 , me enseñaron a buscar una Starlight que me ayudara a saborear todos esos momentos que, marcados por un Time is Running Out, tenían fecha de caducidad. Ese octubre, coincidiendo con mi 31 cumpleaños, con Quique nos rendimos a los pies del trío británico. Cuatro años más tarde, los he tributado al lado de Jer. Parece que el 2014 reclamará con obligación la presencia conjunta de los tres.

Y con M también se escribe Mágico, y así fue el concierto en el Calderón. En su primera gira en estadios abiertos, y sólo unos meses después de haber pasado por España con su anterior tour, MUSE repetía en la capital, arriesgando a caer en la precipitación de volver al mismo sitio, con la misma gente, y la mismas canciones. Pero arriesgaron, y ganaron. No se llenó el estadio, pero se entregó la afición. Pequeños pero matones, Bellamy (guitarra y voz), Howard (batería) y Wolstenholme (bajo) consiguieron que, al ritmo de sus guitarras, levitáramos hacia ese OVNI que irrumpió en el escenario, y consiguiéramos, sin estridencias, descender de forma tan armónica como los deslices de la bailarina que colgaba de dicho platillo volante. Nos trasladamos a una tercera dimensión musical aferrados a globos y bañados en confeti, observando como desde una tarima móvil MUSE se elevaba hacia un más allá.

Mucho más que tres, MUSE invade los espacios con fuerza electrizante. Esta vez se arroparon de un escenario como los de los grandes. Pantallas, neones, y luces inquietantes marcaban el espectáculo, pero eran los conmovedores compases del grupo los que nos remitían, una y otra vez, a ese desgarrado amor que nos sirve como única Resistance a ese paso del tiempo del que ninguno somos capaces de salvarnos.

Y Matt de blanco, y Matt enfundido en lásers, consiguió que el público le vitoreara a voces de Torero Torero. Y fiel a su estilo de niño tímido, poco rock star, sonrió, saludó, y dio paso a Howard, quien se encargó de la charla con el público.

Este 2010 no sabemos si España hará algo en el Mundial, pero no hay duda de que MUSE ya lo ha hecho. MUSE ha cumplido con su parte de M. Una M melancólica, que ha dado paso a una M de Maestros. M de MUSE.

P.D.: desde hace cuatro años Starlight suena en mi móvil cada vez que me llaman. No he conseguido encontrar un tono mejor.

1 comentario sobre MUSE. M de MAESTROS. M de MÁGICOS.

Deja un comentario

Puede utilizar estas etiquetas HTML

<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>