Sexo en Nueva York 2: Glamour Desbordado.

Han vuelto. Samantha, Charlotte, Miranda y Carrie llegan de nuevo. Ellas vuelven, y nosotr@s estamos. Algo deben de tener estas chicas cuando, después de dos años sin tener noticias suyas, consiguen meternos otra vez en sus vidas…como si fuera ayer.

Y esta vez, han vuelto desbordando. Desbordando Glamour, Desbordando Risas, Desbordando…Sexo en Nueva York.

Confío en la inteligencia del espectador o, si eso es mucho pedir, al menos en su sentido común. Entiendo que nadie que se acomoda a ver las peripecias de las amigas de Manhattan intenciona ver una película de culto. Por tanto, ese ojo crítico que escruta cada secuencia debería relajarse. Y a partir de ahí…Disfrutar.

Porque eso es lo que consigue Sex&The City2, que disfrutemos. Que nos riamos. Una y otra vez. Porque en esta segunda parte, los excesos son tales, que no cabe otra cosa que alucinar y sonreír, y reír (al menos a las que se nos da fácil). Porque todo, esta vez, está desbordado.

Estilismo (48 cambios de vestido Carrie), parajes, anécdotas, polémicas (el tema gay y el de mujer islámica me sorprenden). Un Lujo que nos sobrepasa para divertirnos.

Y desde la primeras escenas con una Liza Minnelli bordando un “Single Ladies” de Beyoncé en la esperpéntica boda gay, hasta el desate furioso de Samantha en medio del zoco, pasando por el paseo de Las Chicas en camello. Todo nos hace alucinar. Todo, envuelto por El Glamour en su enésima esencia.

Esta vez, los temas que, a lo largo de la serie, y por proximidad con nuestro día a día, nos implicaban de forma fiel en la vida de cada una, se pasan de refilón. Por supuesto, nos encontramos con unos momentos vitales que son referencia para muchas, y reflexionamos, otra vez recuperando esa voz en off de Bradshaw, sobre unas reacciones que nos siguen pareciendo cercanas. Pero, aún así, el contenido (del que a lo mejor sobran 20 minutos) esta vez es suplido por el continente. Y nunca mejor dicho, porque el viaje hasta Abu Dabi (en realidad, Marruecos) es la excusa perfecta. Las chicas se van “de excursión”, y a partir de ahí, todo vale. Que empiece el Festival.

Pero…es que pasa. Hará un año que cinco amigas nos fuimos de viaje de verano. Formentera no es el Golfo Pérsico, y en lugar de uno para cada una, compartíamos coche, y la casa era una casita. Ningún mayordomo personal nos calentaba la leche, y sólo tocaba a una maleta por chica. Pero al final, era la ilusión de un break compartido. Y fuera de la isla dejamos hijos, parejas, agobios profesionales, y dolores de cabeza sentimentales. Y en un entorno que se transformó en paradisíaco, también nos encontramos con exs, también jugamos con fuego, también charlamos y fuimos de mercadillo, también discutimos, pero sobre todo, también reímos.

Y ahí vuelve a estar la magia de Carrie&Co que, aún tiñéndola de manolos y diamantes negros, vuelven a presentarnos una realidad que en el fondo, no nos es tan lejana.
Las Chicas de Manhattan, con una voz más femenina que nunca, conectan de nuevo. Esta vez les ha bastado (y salvado) un viaje. Un viaje…..desbordado de Glamour.


P.D.: el cameo de Penélope resulta algo aguado. ¿Quién se cree a nuestra mejor “desquiciada” en el papel de directora de un Banco??. Miranda y Samantha se lucen, y Mr.Big está más guapo que nunca.

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