Julio Iglesias podía haber compuesto la versión masculina de la canción a Chábeli, porque hoy se la dedicaríamos con tonos algo más afinados a nuestro Pequeño Gran Hombre. Seguro que hay alguna canción menos cursi que pudiera encajar, pero siendo lunes, disculpadme que no se me ocurra otra.
¡!!!!Grande Rafa, Graaaaaande!!!!!!. El PODEMOS aparecía de nuevo en la pantalla. Y si. Sabíamos que el chico podía. Y pudo. Ahora sí que parece ser que el niño de Manacor se nos está haciendo grande. Con fuerza, con “seny”, con ganas, y siempre con sonrisas, pero grande.
El brillo de ilusión de sus ojos, mordiendo ayer la copa, su espontaneidad en la celebración (ayer trepó para abrazar a su familia, a los Príncipes), nos recordó que tiene aún 22 años, con la inocencia y júbilo propios de un “nen”. Pero pendientes de su día a día en los campos de tennis, como espectadores, pero metiéndonos en su vida como si se tratara de “el nostre noi”, estamos asistiendo a la madurez personal y profesional de este Pulgarcito que ya tiene forma de Gigante.
Ésta máquina humana nos demuestra, en cada torneo, que está programado para conseguir lo que se proponga, pero que, tanto dentro como fuera de la pista, nunca deja de ser persona. El hombre sobrepasa a la máquina. Las lágrimas de ayer fueron una muestra más de los sentimientos que desprende este chico, y que lejos de hacer débil a la fiera, nos la acercan de la manera más entrañable.
Nos absorbe en los partidos con sus gestos de furia y nervio. Puños en alto cuando mete un passing “in extremis” o un grito de alegría cuando coloca un drive fulminante. Nos hace levantarnos del sofá, de la silla de La Central si hemos tenido suerte de estar ahí o, incluso ayer, de los asientos de la sala de espera del AVE, donde consiguió que varios pasajeros aplaudiéramos y voceáramos como si nos conociéramos de toda la vida, y hubiéramos quedado para ver el partido juntos.
Su juego es ya espectacular, pero es la alegría de su carácter, sus rasgos de Guerrero de la Raqueta lo que le configuran como especial, o podríamos decir, “espacial”. En su día Arancha Sánchez -Vicario nos hacía vibrar de la misma forma, contagiándonos con la misma emoción con la que luchaba los partidos. Pero con AranchaRafa nos hemos creído que podemos tener un número uno del tennis formado golpe a golpe, con una técnica que cada día nos asombra más (vaya como ha mejorado sus saques!!), y con una confianza en sí mismo que empieza a hacerle indestructible. teníamos, quizás, un poco, la sensación de “casualidad”. Con
Conocida es la figura de su tío, y de su familia en el papel de “guardianes” de la personalidad de el noi de Manacor. El objetivo es que toque el cielo pero con los pies en la tierra, da igual si es de arcilla o hierba, cualquier superficie está hecha para aguantar el peso del Campéon, pero hay que tocar tierra. Y así, no hay trofeo que no lo recoja agradeciendo, a su rival, al público, con una elegante humildad, sabiendo que para ser muy grande en el deporte, hay que ser grande como persona.
Y nos demuestra que su compromiso con el tennis es un compromiso adulto, con responsabilidad. Y hemos escuchado su voz para plantarle cara a la Federación, o a las instituciones de Mallorca que han dejado su proyecto deportivo a medias. No le tiembla la raqueta dentro de la pista, ni le tiembla la voz fuera. El niño se ha hecho adulto, amueblando de forma exquisita su cabeza tanto para ganar como para ser persona.
Y junto a Nadal, tenemos, por ejemplo, a Gasol, a Fernando Alonso, a Casillas. No es casualidad que todos los deportistas españoles que están triunfando en estos momentos a nivel mundial, se apoyen entre ellos, se alegren por las victorias del otro, se desplacen cuando sus compromisos se los permitan para darse apoyo entre ellos. Se han hecho amigos. Son Ganadores, pero no solo en el terreno deportivo, sino en un terreno mucho más íntimo, en el personal. Han sabido ser personas al mismo tiempo que se alzaban con el triunfo, quizás por ello están consiguiendo estar en lo más alto. El éxito deportivo llega con la juventud, que tendrá que empaparse de madurez para poder escalar en los rankings. Sin perder el brillo en los ojos y la alegría por ganar, pero sabiendo que para ser un deportista Grande, no basta con ganar en el campo, sino que hay que ganar la batalla de la madurez y del sentido común fuera de la pista.
¡!!!!Grande Rafa, Graaaaaande!!!!!!
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