En busca de la moraleja perdida….

Vaya por delante que este no es un post literario, ni pretende compartir una reflexión meditada. Este post simplemente trata de encontrar una moraleja, o a lo mejor, simplemente, trata de ordenar unos hechos para ver si existe alguna lógica aplastante que los una.

Partimos de las siguientes premisas:

  • ya he dicho alguna vez que una no se considera especialmente patosa, cosa que voy a empezar a replantearme
  • durante tres, o incluso cuatro años, tuve una Blackberry y (luego) un iPhone que sobrevivieron a trabajo, vacaciones, eventos, copas, viajes y cualquier meneo sin ningún tipo de problema.

Bien, nos acercamos en el tiempo. Hace un año, justo por estas fechas (semana previa a Navidad), en una mañana gloriosa tras una noche de insomnio, aparcando a Ves_pita perdí un pendiente nuevo y se me cayó el iPhone, rompiéndose la pantalla. La cambié, hay que decir que en un chino, y a las pocas semanas se volvió a despeñar, quedándose la pantalla con una mitad negra. Así he aguantado largos meses….volteando el teléfono para ver la batería, dejando de leer mensajes en la pantalla porque estaban a oscuras… Por fin, hace un mes, cambié de móvil y pasé a tener un estupendo iPhone5. Feliz.

Nos aproximamos un poco más. La semana pasada, en una comida medio laboral, medio informal, en el mítico Irish Rover, una quiso acercarse a la ventana (ventanal) para ver no sé qué….y decidiendo que el cristal estaba un poco más alejado de lo que en realidad estaba, se golpeó contra él con toda la cabeza, haciendo que su frente rebotara incluso con sonido. Lo peor de todo es que tres minutos antes había visto cómo le pasaba lo mismo a otro de los integrantes de la comida, pero a mí me daban dos…

Y llegamos a hoy, una va tan contenta subiendo Castellana, en esa acera estrecha que va desde María de Molina hacia la Escuela de Ingenieros, cayendo cuatro gotas y con poca luz artificial en la calle, enfrascada en una interesante conversación de whatsapp, cargada de bolsas porque es lo que toca, dándole a la tecla ensimismada,  cuando de repente ha oído un Boiiiinggggg y su cabeza ha rebotado contra una farola y su rodilla se ha abrazado tanto al metal que se ha quedado coja (por supuesto, mañana lucirá un morado). Lo peor de todo es que el iPhone ha saltado por los aires, quedándose tumbado pantalla bocabajo contra el suelo. Resultado: pantalla hecha pedazos.

Así que no sé si están queriéndome decir, de un modo muy práctico, que deje de darme golpes contra la (misma) pared, o si ya que llega la Navidad tengo que disfrutar más de las (pocas) luces que ha puesto la sra. Alcaldesa, o si simplemente, Steve Jobs, desde arriba, ha decidido que quiere que sea su mejor clienta y estrene teléfonos de forma permanente….

En fin…mientras me pongo hielo en la rodilla, voy a seguir dándole vueltas….

PD.: y sí,  había gente por la calle que de forma muy prudente ha hecho ver como si chocarse contra las farolas fuera lo más natural del mundo. Gracias.

8 comentarios sobre En busca de la moraleja perdida….

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