Nuestra QUEEN

Nos pide sólo una foto o un recuerdo, y piensas que va a ser difícil. Muchas y demasiados sólo en seis años y pico, o ¿ya son siete?.  Y piensas que esto no va de momentos puntuales, que desde que la conoces, lo que has ido compartiendo con ella es tu día a día madrileño. Y sí, muchos viajes y muchas celebraciones, muchos acontecimientos, pero sobre todo, ese pulso, a veces divertido, a veces un tanto pesado, siempre inquietante, que mantenemos con la vida. Un pulso que desde que la conoces, ella te ha ayudado a jugar.

Porque está siempre ahí, de forma pausada y dando paz, sin fallar. Así es ella. Siempre cuidándonos, siempre cuidándome.  Nos dimos cuenta rápido, en esos quedes entre Castellana 60 y el Irish Rover, en los que entre caña y caña, caso y caso, los miembros del Foro soñábamos y divagábamos sobre el sexo de los ángeles, buscando cada uno de nosotros nuestro lugar en el mundo (sobra decir que quizá, alguna va aún rezagada). Parecía que ella sí tenía claro el suyo, será cosa de la edad, me autoconsolaba (hoy sabes que no tenía que ver). A ella no le importaban nuestras dudas, nuestras niñerías, se divertía y nos facilitaba, con su discreción innata y su respeto, el siguiente paso, simplemente porque su serenidad nos recordaba que esto va de jugar,  que a veces se gana y a veces no, o simplemente, que a veces, hay que esperar a la siguiente partida.

Y pasó esa época y la coronamos como nuestra Queen, de toda la familia masteriana. Se lo merecía, por la magnitud de su bondad, por la incondicionalidad de su apoyo. Me la quedé muy cerca, la que más de todos. Para poder seguir disfrutando con frecuencia de sus consejos, de esa oreja que escucha mis impacientes noticias, mis vaivenes. Dándome siempre confianza, intentando solventar mis preocupaciones, compartiendo mis buenas nuevas. Risas, cines y teatros, cafés, ágapes improvisados en su casa, restaurantes por el barrio, mucho shopping, muchos quedes con los IEs, muchos París, algún NY y Barcelona, reformas en casa, variopintas copas y bailes, coplas, fiestas disfrazadas y eventos a gogó.

Hoy cumple 50. Suena a mucho, pero hace tiempo que tienes claro que lo que te acaba uniendo a las personas es compartir momentos vitales y la propia actitud ante la vida. La de ella ha sido siempre joven y positiva.

Hoy cumple 50. Lo celebraremos como se merece nuestra Queen. Le daremos las gracias por estar siempre, por hacernos la vida fácil. Con infinito cariño. Con muchas risas. Con algunos dancings.

PD.: Dice Paul Auster, a raíz de su libro de cartas con Coetzee, que para ser amigo de alguien necesita admirarlo. No estoy segura de estar de acuerdo, pero ni falta decir que en este caso, no tengo dudas…

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