GRACIAS MILIKI

Esta mañana nos hemos despertado con la noticia que había fallecido Miliki (no, no creo que nuestro más querido payaso necesite un enlace a wikipedia). Mi primera sensación ha sido de pena, es extraño  sentir tristeza por alguien  que, a pesar de la infinidad de minutos televisivos en los que has interactuado con él, en realidad no conoces. Pero como alguien cercano en la distancia, con o  sin sentido, su pérdida te aflige, con lo que decides dedicarle un tweet para darle las gracias, a modo de pésame, a modo de pequeño homenaje. Buscas un vídeo para colgarlo y mientras lo ves, te pones a reír. Y a contestar. Te oyes diciendo Bieeeen!!!!, cantando Lunes antes de almorzar, y moviéndote al ritmo del Coche de papá. Con nostalgia te sitúas en esas tardes en blanco y negro en las que la mejor abuela del mundo te había recogido en el colegio (junto a tu hermana y tus primos), te traía algo rico de merienda, o te preparaba unas tostadas con leche condensada y trocitos de chocolate  que devorabas mientras Los Payasos de la Tele te enseñaban las tareas de los días de la semana, y a creer que jugabas al ajedrez con el ratón de Susanita. Esas tardes en las que el tiempo sólo era el ahora, y cuyos únicos compromisos que adquirías eran jugar y reír. Y ahí estaba Miliki para hacerlo contigo, instruyéndote en la felicidad.

Y empiezas  a ver el movimiento en las redes sociales alrededor de la noticia. Estados, likes, comentarios en facebook, tweets y retweets. Te sorprende la uniformidad de los sentimientos que se comparten: pena, admiración, gratitud y morriña. Ni una pizca de ironía, ni un chiste hiriente. Nadie bromea. Por un momento no se habla de bancos, crisis, corrupción, desahucios. En pocos minutos la red se llena de numerosas muestras de afecto hacia Miliki. Te asombra y te complace. De nuevo esta generación de niños de cuarenta está unida, hemos vuelto a esa época en la que delante de una pantalla todos compartíamos carcajadas gracias a cuatro (incluso cinco) payasos que, de la manera más absurda y más humana, nos hacían reír. Y nos debió sentar muy bien a todos, porque hoy el recuerdo ha sido el mismo y la emoción única. Derroche de cariño hacia un personaje al que luego hemos seguido a través de los medios, por noticias de su familia, pero al que siempre recordaremos con una nariz roja, una camiseta a modo de túnica, una boina y preguntándonos ¿Cómo están ustedes??

Hoy todos hemos sido niños por un rato. Nos ha sentado bien. Se lo debemos a una persona buena y noble que simplemente nos ayudó a ser felices de la manera más fácil que existe: HACIÉNDONOS REÍR.

Gracias Miliki.

PD.: y me pregunto qué recordaran los niños de ahora cuando cumplan 40…

15 comentarios sobre GRACIAS MILIKI

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