Nos vanagloriamos diciendo eso de que “yo he decidido no leer la prensa”, “es mejor no ver los telediarios”, “prefiero no escuchar la radio”…Claro, cuánto cansancio de tantas malas noticias, la solemne justificación a la necesaria defensa, no vaya a ser, pobre de nosotros, que lo pasemos mal. Simple cobardía. Lo de siempre. Tal vez, si sabes, hay que actuar, y entonces…. ¿Qué hacemos?.
Pero te vas a fastidiar, porque desde luego que no, que no hace falta informarse para enterarnos de lo que está pasando a nuestro lado. Desde luego que no hace falta que te lo cuenten. Sólo hace falta mirar y andar un poco por las calles de tu ciudad. ¿No te enteras?
Hoy domingo, antes de las 9 de la mañana (es lo que tiene llevar enferma todo el puente, que te has acostado incluso antes que Casimiro), abres los paneles japoneses de las ventanas de tu salón (dicho así, hasta parece grande y todo). Lo sueles hacer al despertarte, te gusta quedarte un rato mirando la calle, que por fin está en silencio, y ver como el día arranca, identificando los primeros transeúntes e imaginándote qué les espera. Y entre el vacío de la plaza, allí está él. Quizás es un José, o tal vez un Paco. Desde luego no es un Jonattan, ni un Andy. De primeras has pensado que había hecho una parada para coger fuerzas, que era uno de los compañeros que te cruzas cuando sales a correr. Va con chándal, y no llegará a los sesenta. Pero sigues observándolo, y te das cuenta que intenta sacar algo de la papelera. Rebusca, saca una bolsa, la abre. Y luego sigue. Ahora te has dado cuenta que su aspecto es algo descuidado, y que sus bambas (zapas en cañí) no son lo que se dice el último modelo. No encuentra nada, o al menos, no durante el rato que has estado tú allí. Desde el otro lado. Separada por un cristal. Desde las alturas.
Fue también hace pocos días. Salías del parking a las once pasadas. Debías volver de algún sarao, y allí estaban ellos. También de nombres españoles. Pero esta vez tuvieron más suerte. Porque la chica sacaba un sándwich intacto del contenedor, lo mostraba con alegría a sus otros dos acompañantes que seguían hurgando entre los escombros. Sí, en tu esquina. Porque en Pedro Teixeira con Avenida Brasil estas cosas también pasan, no hace falta que me las cuente el NY Times.
Y como no hay dos sin tres, anoto la última. Que también ha acontecido en los últimos días. Es un sábado por la tarde, recorres el ahora cool Triball buscando luz para tus sueños, explorando vías para asentarlo, y a lo lejos te das cuenta de una larga hilera de personas que apoyadas en una pared esperan entrar en no sabes dónde. Como estás al principio de la calle piensas qué inauguración se estará “cociendo”, si el teatro está más abajo, y espías extrañada hacia tanta multitud. Burra de ti. Porque a la que te acercas, entiendes que es un comedor social. Que lo único que esperan es un plato caliente. Y que tampoco son nadie muy ajeno a ti. Te sorprende ver a gente joven, ver rostros que podrían quizás compartir esa entrada hacia un espectáculo contigo.
¿Y qué hacemos? Porque esto sí es realidad. Tres bofetadas en diez días. No me lo cuentan las noticias, que sí me explican cómo se ha recortado el presupuesto para ayudas sociales, y como las ONGs (para algunas de las cuales trabajas, y reciben tu admiración) están en su peor crisis. Yo sí leo esas noticias. Y veo esa realidad. Quizás aún desde una ventana. Quizás aún pasando a su lado de refilón.
Tal vez sea hora de enfrentarnos a ella. De dejar de ser cobardes.
Está pasando. Muy cerca. ¿QUÉ HACEMOS?
PD.: este viernes pude ver Un trozo invisible de este mundo, una obra protagonizada y guionizada por Juan Diego Botto. Esa es también otra realidad. Invisible si queremos, pero dentro de nuestro mundo. Recomiendo que la veas, para entender, o simplemente recordarte, qué pasa en el otro lado, un lado que no está lejos, y quién sabe si algún día, podemos estar en él. Salí tiritando, era fiebre, pero después de dos días, al recordarla, aún frunzo sin querer el ceño…
Directo al corazon… Muy bueno…
Gràcies Joan…..sé q. tú compartes mi reflexión….
:-))))))
Hola:
Me ha gustado mucho el articulo,y aunque suene frivolo quería saber de que firma es el vestido de sandra barneda en el gran debate del dia 13.Gracias
Pita: No sé si el hecho de vivir en una planta baja o dedicarme a realizar documentales sobre gente que sufre me hará ver la realidad a ras de suelo pero, igual que tú, compruebo día a día la descomposición de esta sociedad en la que habitamos. Y no sólo esos dos factores alimentan este desasosiego. También un hermano arruinado, un amigo desahuciado o una profesión, la mia, que se desmorona, se empeñan en que no pueda ver la luz al final del tunel.
Detesto este país que se drogó e los 80, edificó sin control en los 90, estuvo encantado de haberse conocido en los 2000 y ahora se lamenta como un niño al que los reyes magos no le trajeron la bicicleta que tanto esperaba.
¿Qué podemos hacer? NADA.
P.D.: Perdón por el tono apocalíptico.
hoooola Jordi!! cómo estás? un poco apocalíptico sí…..la verdad…..El NADA nome gusta…nada!!! así q. sí hay q poder hacer algo. Lo hemos hecho mal, perose podrá hacer mejor. Y la responsabilidad individual de cada uno, auqn. sea con el de al lado, sí q. es importante,y solo depende de uno mismo, no???