Septiembre arranca con una boda, y se evaporará con otra. Además de la alegría y el alboroto, es buena señal que el amor, en el que vale la pena confiar, con o sin anillos, con o sin disfraces de princesas y pingüinos, inunde este mes tonto, un mes que recibo con inseguridades y expectativas, con la voluntad de agitar de nuevo la coktelera, para que el otoño aterrice con buen sabor, mucha intensidad y cierta desinhibición.
Septiembre llega despidiéndome con morriña de multitud de recuerdos estivales que, una vez más, se han esfumado mientras daba el sorbo más refrescante de uno, o varios mojitos y cerraba las últimas páginas de algún que otro libro. Septiembre pasará aferrándome a esos rayos que ya no tuestan y sumergiéndome en las olas más traviesas, intentando exprimir estrellas, lunas y terrazas, reboces en la arena y pájaros en el jardín. Comenzando a sacar el paraguas ante lo que pueda caer y buscando cubrirme para dormir.
Sin darte cuenta te das de bruces de nuevo con los magnos propósitos, que has empezado a esbozar en esos remansos de paz que te deja agosto y que has espantado repitiéndote aquello de que “mañana será otro día”, mientras el mañana se iba haciendo un hueco de forma veloz. Nos centraremos en tres ilusiones que “cosquillean” ya de forma intensa y de las que espero poder abrasaros a medida que el frío se asiente…será señal de que toman forma y comienzan a ser realidad. Con las voluntades más pequeñas seguiremos siendo consecuentes, o tal vez no. Según el cuerpo demande, o las ganas quieran, sin fusta ni mala conciencia.
En septiembre buscaremos encararnos con los horarios, recordándoles que el control del tiempo es nuestro, que no queremos prisas ni esquivos vertiginosos a bordo de Ve’s_pita, negociaremos que las horas dejen de solaparse, porque aunque sea con mucho ton y algo de son, acaban desluciendo los resultados. En septiembre, será mandatory soltar, guardar con cariño en los cajones o recolocar, con sonrisas y algo de pupa, sabiendo que cualquier tiempo pasado no fue nunca mejor y dejando que fluya lo que tenga que triunfar.
Y habrá besos y sinceros abrazos, quedes, máximas risas, puestas al día y alguna de sol, muchos momentos que hierven ya con apetito. Conversaciones, tonterías, películas y lecturas para reflexionar, para disfrutar, visuales estéticos, paisajes que grabar, compras, asfalto, y ruidos de ciudad. Sueños sin IVA que nos hagan andar. Avanzaremos con esas (o nuevas) dudas de las que siempre te arrepientes pero aún no sabes gestionar.
Septiembre nos recibe. Quizás no pase nada de lo escrito y sea tan sólo un mes más. La intención no es siempre lo que cuenta, pero hoy será válida aquí.
Feliz septiembre!!!!
PD.: septiembre llega también diciendo adiós a un papi querido y muy bueno, lo despedimos con el convencimiento de que está en ese más allá tranquilo y siempre cerca de los suyos.
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