Del París Impresionista, al Madrid LeCool.

Ayer dediqué la mañana a ir a ver la exposición de la Fundación MAPFRE dedicada al impresionismo. Digo dediqué, porque fueron 2h.y media de cola, bajo una lluvia molesta y un frío que acabó inutilizándome las manos.
La exposición, IMPRESIONISMO, UN NUEVO RENACIMIENTO, se compone de una serie de numerosos cuadros traídos desde Orsay, para ilustrar el recorrido de los impresionistas, y sus problemas a la hora de asentarse dentro de la crítica de su época. Durante años, si me preguntaban mi gusto pictórico, respondía que El Impresionismo. Ayer confirmé lo que ya hace tiempo me rondaba…..que no, que por supuesto admiro su técnica, y sin duda, sus cuadros son estéticamente bellos, pero ahora me llegan poco, son imágenes que ya no me hablan, o al menos, que no me chillan.

Al acabar, recorrí la sucursal de La Central que tienen en la Fundación, en busca de algún libro interesante (en este caso no el de la exposición, que sobre impresionismo ya hay varios en las estanterías de mi casa), y acabé con la Guía Lecool de Madrid. Hace ya tiempo que la buscaba, y here we are.
Cool: guay, de moda, fashion.así es como lo traducimos del inglés, y así es como es la guía.

No es una guía ordinaria, en una guía con el objetivo de cambiar Tu ciudad, y cambiar Tu vida. Una guía única e insólita. No es una guía para quien viaja (que entonces, además de la Lonely, hay que llevar las Wallpaper para dar el toque chic al itinerario), sino una guía para quien vive. Con lugares diferentes para cada una de las categorías: desde las típicas, como bares, restaurantes y museos, a shopping curiosos de cualquier tipo de cosa, espacios de relax, de juego, y hasta de sexo. Pasando por las cafeterías más entrañables, las librerías más golosas y las calles ilustradas. Todo ello bajo diseños modernos, entrevistas indiscretas, y comentarios diferentes.

Ya en su página 13, muestra el conocimiento de la ciudad. Me río con su acertada descripción de Madrid:

“Al igual que en el Norte no se bebe, sino que se va a echar unos cacharros, en Madrid tampoco se bebe, se queda para unas cañas, el asunto siempre se alarga y los camareros, el mejor gremio de la capital, invitan a la última. Con los cafés pasa algo parecido, que suelen acabar en chupitos. De los desayunos al sol y sombra de los currantes que madrugan en el bar ni hablamos.
Ni tampoco de las comidas de empresa que no se soportan sin a
lcohol. Ni de los actos culturales a los que se llega tarde porque la copa de vino se servirá al final.
Si en Madrid no se bebe la vida social es más difícil. Y entonces sí que no hay quien aguante Madrid. Ni la vida. Dormir, madrugar, trabajar y beber.
En Madrid no hay donantes de hígado.
Beber.”

Hay Lecool de Barcelona, Ámsterdam, Lisboa y Londres. Esperemos que no tarden con la de Paris, Nueva York… y Buenos Aires. http://www.lecoolbook.com/.


Y así acabó la mañana: de lo estético sin voz del París del siglo XIX, al urbanismo con diseño del Madrid Cool de hoy.

P.D.: es curioso las colas de una exposición, lo que da de si como tema de análisis. La féminas que acuden en grupo (mínimo dos), son capaces de no parar de hablar en 2horas y media de cola. Especialmente, de temas de relaciones sentimentales. Las parejas o matrimonios, con sólo tres mínimos intercambios de palabras en el mismo rato, ya aguantan. Hombres en grupo, no existen, y familias con niños, deberían pensar a partir de que edades las exposiciones son un lugar apropiado para pasar la mañana.

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