“Pregunta estúpidamente inteligente, o inteligentemente estúpida: ¿los escritores tienen cara de escritores?.” La firma el escritor argentino Rodrigo Fresán, y la leo en las paredes blancas de la Casa de América, decorando la exposición: “Daniel Mordzinski, un fotógrafo entre escritores”.
La respuesta la tendréis que averiguar vosotros mismos viendo las fotografías de este otro argentino definido como “demasiado artista para ser periodista, y demasiado periodista para ser artista”. Lo que os puedo avanzar es que, tengan o no cara de escritores, sean más o menos estéticas las fotos, lo que este fotógrafo consigue ilustrar con sus golpes de cámara es esa personalidad que dichos escritores nos hacen llegar con sus libros, o al menos, esa sensación tuve yo con las imágenes de los autores a los que más sigo la pista.
“Más que el alma intento fotografiar a la persona. Son ellos, pero vistos por mí a través del filtro de mis vivencias. Me gusta mucho escuchar y finalmente creo que hago la foto más con los oídos que con los dedos”.
Mordzinski nace en la ciudad bonaerense en 1960 e, impulsado por la lectura de “Rayuela”, buscando quizás a esa Maga o adoptando tal vez el espíritu de ese Horacio Oliveira, emigró como su compatriota Cortázar a la Ciudad de la Luz. En París está establecido desde hace ya dos décadas, y fue allí, donde retratando a vagabundos acurrucados junto a restaurantes de menú en pizarras, empezó a hacerse un hueco en el mundo de la fotografía. De joven principiante, al encargo de exponer en la ciudad de la bohemia cultural por excelencia.
El por qué del retrato de escritores no está claro. “Me pregunto si la razón es porque realmente lo que quise fue escribir”. “También por aportar algo a la literatura latinoamericana. Si me hubiera puesto a escribir, sería uno más y mediocre, mientras que retratando somos muy poquitos”. El caso es que el primero que se puso delante de su objetivo fue Borges, quien le animó: “Daniel, ese es el camino”. “El primero porque tenía que serlo, aunque en ese momento ni si quiera pensé que iba a construir esta colección de mariposas, como me gusta llamarla”.
¿Mariposas?. Pero no estamos hablando de… ¿escritores?. Resulta que nuestro fotógrafo quedó prendado de una imagen de V. Nobokov (“padre” de la controvertida “Lolita“) en la que estaba fotografiado con un gran cazamariposas. “Sentí algo en el estómago al contemplarla y pensé que eso era lo que a mí me gustaría lograr. Cuando estoy haciendo una foto pienso: encontré una mariposa.”
El resultado son fotografías en color, en blanco y negro, en las que Mordzinski consigue transmitir ese eje relevante de la personalidad de los escritores que tiene delante, ese rasgo con el que asociamos a cada autor. Y veo a Vargas Llosa pensativo, a Gabriel García Márquez dominando su espacio, me río con Vila Matas en una imagen de guasa y provocación como a las que nos tiene acostumbrado el autor, identifico a un Benedetti en blanco y negro con esa mirada tierna con la que tiñe sus poema, a un Jose Luis Sampedro sosteniendo una delicada flor, y me paro antes esas manos trabajadas de Delibes. La cubana Wendy Guerra está retrata con un desnudo igual de provocador que sus escritos, y a Manuel de Prada lo capta entrando en una plaza de toros. Y no acabo. Y no acaba.
Al final, 180 imágenes ajustadas a la pared con chinchetas, como si no hiciera falta ningún tipo de marco o cristal para encuadrar su categoría. Algo tan real que mantiene su fuerza simplemente sobre una pared blanca.
“Mi trayectoria es una historia de amor en la que la fotografía y yo salimos a buscarnos. Nos encontramos en un espacio que supimos inventar”. Corresponsal de El País, El Periódico, Clarín, cuenta también que “el periodismo le ha dado la capacidad analítica, le ha enseñado a diagnosticar rápidamente un espacio, a escanear, a sacar en diez segundos lo mejor de un lugar, de una persona”.
Espero que en breve podamos ver su próximo proyecto “Cuartos de Escritura”, retratos de autores en las habitaciones de un hotel. ¿Hoteles? “El cuarto de hotel es una metáfora de la vida ya que finalmente es un lugar en el que estamos de paso”.
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