CAOS CALMO

Pierdes a tu mujer mientras estás salvando a otra. Tú no estabas allí, y ella no va a volver.   En pocos minutos pasas de ser un casual y falso héroe, porque la gran hazaña del rescate de una mujer ahogándose no te ha sido tampoco agradecida, y tu papel ha pasado desapercibido, a ser un vil villano por no estar en casa en el momento que tu esposa fallece.   Te quedas solo, con una hija de diez años, asumiendo el duelo, y afrontando la vida de después.

Es a partir de ese momento que se desarrolla Caos Calmo, película italiana en la cartelera de nuestros cines desde hace unos días.  Está basada en la novela de Sandro Veronesi, dirigida por Antonello Grimaldi, y protagonizada por el polémico actor Nanni Moretti, conocido (para los grandes cinéfilos, personalmente yo poco sabía de él hasta la difusión de esta película, que está conllevando todo tipo de críticas y columnas) no sólo por sus funciones de director y actor, sino también por su actividad política, erigiéndose como uno de los máximos detractores de Berlusconi, y como gran activista en la proyección de la cultura italiana.

Paremos un momento. Probablemente, y gracias a Dios o al destino (ahí cada cual que elija), la mayoría no nos hemos visto involucrados en una situación así. Pero vamos a intentar meternos en su piel, y empatizar. Salgo del cine y pienso: ¿Cómo reaccionaría yo??.  Perdona,  ¿ Y tú??.   ¿Llantos primero,  y coraje y fuerza y aquí no ha pasado nada después? ¿Depresión y  montañas enormes a nuestro alrededor sin ganas de escalar?

Dicen que hasta que “algo” no te ocurre, es fácil hablar, pero que cuando llega, el comportamiento es siempre insospechado.

Y si.  Para sorprendente, la reacción de Pietro Paladini (me gusta cómo suena el nombre,  no me canso de repetirlo), nuestro falso héroe y vil villano. No es el cambio de prioridades lo que sorprende, quizás todos nos replanteamos la vida ante las desgracias, sino el cómo lleva a cabo ese nuevo establecimiento de valores.  

A partir de ese momento su vida se detiene, o podemos decir, pasa a transcurrir, delante del colegio de su hija.  No parece desmoronarse, sólo elige estar en un estado de calma, que  encuentra trasladando su día a día al banco del parque del colegio.  No estuvo, pero ahora si va a estar.  Quien quiera hablar con él, allí se tiene que acercar.  Y son esas visitas a su nuevo hábitat, lo que interrumpen su calma transformándola en caos, o quizás dejando que vaya saliendo ese caos innato a lo que le ha ocurrido. 

Su cuñada, su hermano, el director de la empresa, el compañero, la mujer salvada, la guapa que pasea la perro, el niño deficiente mental con el que juega, etc.  Personajes curiosos, que acuden a él.  Son las interacciones con ellos las que van dando consistencia al personaje, y a la trama.  Quien tiene que ser consolado, es quien acaba consolando.  

Paladini es el eje de esta película, y son sus ojos los que adoptamos para adentrarnos en la historia. Compartimos con él sus sensaciones, sus miedos, sus largas listas de, aparentemente, simples chorradas que han ocupado su vida hasta el momento, sus sorpresas constantes al interactuar con su niña, su dolor amagado.  Le cogemos cariño.  Todo, en una  simple calma. 

La película se desarrolla con un ritmo lento, que refuerza ese sosiego que el personaje busca, pero está llena de ironías que te hacen sonreír, y de momentos que te conmueven, de detalles que te acercan a lo que él está viviendo.

Leí que el director decía que “la película intenta transmitir esa desorientación de los hombres contemporáneos ante la imposibilidad de elaborar un luto, sin poder confiar en una tradición religiosa ni en una tradición laica”.  Comparto con Grimaldi las dificultades que tenemos para asumir este tipo de situaciones, y bajo mi punto de vista, la película lo plasma con acierto.  Pero resalto la otra cara de  la moneda,  que también se muestra , lo que te provoca salir, por fin y en un momento determinado, de ese luto para seguir hacia delante.    Pasado el tiempo necesario, nunca sabes quién o qué nos lleva a reaccionar, pero se necesita para dar portazo a esos momentos teñidos de negro.  En la película, es la hija quien acaba obligando al padre hacia su normalidad.

Por último, y como cotilleo, la película ha escandalizado a Italia por la única escena de sexo que hay.  ….Vosotros diréis….

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