Me han leído hoy esta frase. Podría ser mía, pero resulta que es de Séneca. Casi lo mismo. Ante tal digno rival, agacho la cabeza. Lo mejor, es que de esta forma, nadie pondrá en duda la relevancia del pensamiento.
“El vino lava nuestras inquietudes, enjuaga el alma hasta el final, y asegura la curación de la tristeza.”
Yo añadiría, además, que eleva de la categoría de un ágape, o quizás, la de un momento. Confiriéndole más sabor y más consistencia. Consiguiendo un consenso que, empezando tal vez de forma efímera entre comensales que brindan, fortalece, a medida que baja la botella, la química entre ellos.
Siempre veremos la copa medio llena, pero hasta llegar a ese límite …
Comparto la frase del sabio Séneca.
Con moderación el alcohol tiene la habilidad de sacar, muchas veces, lo mejor de las personas y en ocasiones muestra el interior de las mismas.
Sin moderación tiene la habilidad, normalmente, de sacar lo peor de las personas.
Así que, BEBEMOS pero con moeración 😉